miércoles, 5 de noviembre de 2008

El condenado huevo y el famoso colesterol

Queridos contertulios, comunidad científica, individuos de la especie… Clones y mutantes.
Es un honor inaugurar esta sección con una temática tan interesante.

Hace un tiempo Linus Pauling se hizo famoso en el mundo de la Química porque desarrolló la teoría de la incertidumbre en el átomo (esto de que en verdad en electrón no está en un lugar fijo en el orbital, sino que hay una zona donde se mueve), pero se ocupó también de los elementos químicos que circulan en nuestro organismo. Realizó estudios, escribió libros acerca de este tema, es, un gran difusor del accionar de las vitaminas, demostrando con explicaciones científicas cómo actúan ellas en el organismo. También ha recopilado y re narrado hechos, anécdotas significativas de la nutrición en distintos momentos históricos y diversas culturas.

Y nos dice Pauling en “Cómo vivir más y mejor”: Las autoridades médicas recomendaron que la gente disminuya su consumo de grasas animales y de huevos.

Seguiremos unos párrafos al doctor Linus Pauling, a quien le debemos el concepto de Medicina Ortomolecular, familiar a quien se haya adentrado en el mundo de la nutrición y la dietoterapia. No vayan a pensar mal, orto viene del latín ortus que significa origen, nacimiento. La medicina ortomolecular plantea mejorar la salud con los componentes químicos que produce el propio organismo. Por eso el protagonismo de lo que comemos.



El colesterol es un lípido, soluble en grasas y aceites. Es producido en todas las células de los animales, especialmente en el hígado.

“Los seres humanos sintetizan unos 3000 a 4000 mg por día, e ingieren una cantidad ligeramente menor con sus alimentos, sobre todo en los huevos y las grasas animales. El colesterol se encuentra en todos los tejidos del cuerpo humano, en particular en el cerebro y la médula espinal. La frecuencia de las enfermedades cardiovasculares aumenta cuando el porcentaje de colesterol es elevado. Como se descubrió, cuando es así se producen depósito de grasa en los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, obstruyendo y reduciendo el flujo de sangre en ellos. Esta reducción del flujo puede provocar enfermedades del corazón y del sistema circulatorio. Las autoridades médicas recomendaron que la gente disminuya su consumo de grasas animales y de huevos. Durante veinte años no se registró ningún cambio en el índice de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en los Estados Unidos. Ahora bien, desde 1970, este índice ha disminuido, pero no se sabe si es el resultado de un cambio en la dieta o si tiene alguna otra causa; quizá se deba al mayor consumo de vitamina C y otras vitaminas suplementarias desde esa fecha”.
“Algunos estudios posteriores mostraron que existen varias correlaciones entre las enfermedades cardiovasculares y los componentes de la sangre. La mayor parte del colesterol en la sangre no se encuentra en estado libre; está unido a las moléculas de ciertas proteínas de suero, afines a ciertas sustancias similares a las grasas, y forma, así, moléculas de lipoproteínas. Algunas de estas moléculas son de baja densidad: se conocen como lipoproteínas-beta, o lipoproteínas de baja densidad; y aquellas con alta densidad se conocen como lipoproteínas-alfa, o lipoproteínas de lata densidad. Ambos tipos de lipoproteínas se pueden separar, centrifugando una muestra de sangre en una ultracentrífuga y pueden medirse sendas cantidades. Durante muchos años, el énfasis se ha centrado en el colesterol de la lipoproteína de baja densidad o en el colesterol total, más fácil de medir, y generalmente se ha pasado por alto la lipoproteína de alta densidad”.

Las lipoproteínas de baja densidad transportan el colesterol a través de la red sanguínea, donde éste puede unirse a unas células y formar placas arteriscleróticas, mientras que las lipoproteínas de alta densidad recogen el colesterol y lo transportan a la vesícula biliar, donde se convierte en ácidos biliares, y luego es transportado, a través de los conductos biliares, a los intestinos, donde es eliminado.

La velocidad con que se sintetiza el colesterol en el hígado (a partir del acetato y otros precursores), la velocidad con que se obtiene de los alimentos, la rapidez con que se transforma en ácidos biliares y es excretado a los intestinos, y la velocidad con que los ácidos biliares son reabsorbidos en la parte inferior del intestino y transformados nuevamente en colesterol, determinan la cantidad de colesterol presente en la sangre y en los tejidos.
Es claro que sería posible cambiar el nivel de estabilidad en la sangre, variando cualquiera de estas cuatro velocidades.

Lipoproteínas de alta densidad= colesterol bueno
Lipoproteínas de baja densidad= colesterol malo

¿Cuándo tenemos exceso de colesterol?

Hipercolesterolemia (exceso de colesterol total) con valores superiores a los siguientes:

· Colesterolemia normal: 200-220 mg colesterol / dL ó 5.2 mmol/ L
· Colesterolemia deseable: 160 mg colesterol / dL

Recomendaciones no confiables

Dice don Pauling: “Es lamentable que el comité del senador McGovern y el grupo de expertos de los NIH proporcionen al pueblo norteamericano información y consejos que no son fidedignos, tendiendo a privarlo de una razonable cantidad de alimentos tan sanos como los huevos, la carne y la mantequilla”.

“Desde 1970, gracias al costosísimo estudio de Framingham sobre la dieta, en relación con las enfermedades cardíacas, se sabe que el nivel de colesterol en la sangre no se reduce limitando la ingestión de colesterol”. Por lo anteriormente descripto. También podemos reflexionar acerca de lo engañosas de las publicidades de productos alimenticios que se anuncian como sin colesterol o bajo colesterol. “En este experimento –prosigue el científico-, hombres y mujeres ingirieron 702 y 492 mg de colesterol por día, respectivamente (un huevo proporciona unos 200 mg. Se observó que para los hombres y las mujeres que consumían más colesterol de lo normal, las concentraciones medias en el suero eran de 237 y 245 mg por dl, respectivamente, y, para los hombres y mujeres que ingerían menos colesterol de lo normal, de 237 y 241 mg por dl, o sea que fueron casi iguales”. Los seres humanos sintetizamos el colesterol en las células, lo que condiciona los niveles de colesterol en suero es la velocidad de síntesis. Se establece un equilibrio entre la rapidez de destrucción (transformación en ácidos biliares) y las otras tres velocidades. El genotipo del individuo, la naturaleza de su dieta y otros factores afectan estas velocidades.

En verdad, según estudios en grupo de personas con alimentación controlada, se observó que aumentaba notablemente el nivel de colesterol cuando consumían azúcar (sugarosa, sucrosa). La base química, es así: la fructosa, formada durante la digestión de la sucrosa, está sometida a reacciones que conducen al acetato que, luego, es parcialmente convertido en colesterol.
No hay problema con la glucosa.

Otro estudio de años anteriores, que quizá quedó en el olvido fue el del explorador Stefansson afirmaba que era posible estar sano comiendo carne, en 1927, él mismo experimentó con otro explorador comer durante un año carne de res, cordero, ternera, cerdo, pollo, en porciones grasas o magras, hígado, riñones, tocino, tuétano, también comía huevos, mantequilla y pescado cuando le costaba conseguir carne en sus viajes. “Hay que suponer que la carne fresca contiene una provisión mínima de vitamina C y otras vitaminas”, analizó Pauling, gran difusor de los beneficios de la vitamina C.

Lo que debemos saber:
está demostrado que el consumo de vitamina C aumenta el nivel de lipoproteínas de alta densidad (necesarias para prevenir enfermedades cardiácas).

consumir aceites poliinsaturados no es tan perjudicial si se suministra también una buena dosis de vitamina E, que la encontramos en huevo! (en pequeñas proporciones), también en carne y alimentos de origen animal.

El científico del cual tomamos estas ideas, recomienda el consumo asiduo de frutas y verduras, pero de ninguna manera la eliminación de huevos, carne, leche y manteca.
Comer o no comer, esa es la cuestión

El huevo es bueno para la vista, contiene luteína, un carotenoide de la familia de las xantofilas que se encuentra presente en la yema.
No puede ser sintetizado por el organismo, debe ingerirse a través de la dieta. Combinado con el betacaroteno, presente en la zanahoria, por ejemplo, ayuda a mejorar la vista.
En cuanto a las vitaminas, son escasas, pero tiene importantes cantidades de triptófano que es el precursor de la niacina, ¿y qué es la niacina? La vitamina B3, que participa en la circulación sanguínea y el proceso respiratorio. Interviene en el crecimiento, funcionamiento del sistema nerviosos y el buen estado de la piel.

El producto gallinaceo que nos ocupa posee proteína de tan buena calidad, que los científicos la usan como patrón con la que comparar la calidad proteica de otros alimentos. La página Alimentación Sana, dice: “Refiriéndonos a poblaciones sanas, el consumo es por semanas de cuatro a cinco huevos de forma directa”. En ese sitio encontrarán más acerca qué ocurre con las propiedades químicas en diferentes modos de preparación; hay recetas también.
Hay mucho para investigar, lo importante es no quedarse con lo primero que nos dicen. Seguramente, los habré mandado al diccionario, espero que sigan tratando de entender cómo somos nosotros mismos.

Profesora Brosovsky

Fuentes consultadas: Cómo vivir más y sentirse mejor. Linus Pauling. Editorial Planeta. Tercera reimpresión, febrero de 1990.
http://www.abcdietas.com/
http://www.quieret.com/
http://www.zonadiet.com/
http://www.aprenderacomer.com/

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