sábado, 25 de octubre de 2008

¿Qué leeré?
De: Historia en dos ciudades (A tale of two cities). De Charles Dickens
Tomado de Biblioteca Mundial Sopena. Editada en Argentina. Traducción directa del inglés de Estela Blomberg. Primera edición, marzo de 1939.

En esta novela se describen los ilimitados abusos de la nobleza y el despiadado espírtitu de venganza de los revolucionarios.
Para quienes gustan de la historia, es una lectura muy ágil.

He aquí una selección de fragmentos que impactan por exagerados e irónicos. Desearía tener memoria para saberlos de memoria y poder esgrimirlos ante la mediocridad parlante en la que nos toca vivir.

“El señor Lorry usaba una extraña y pequeña peluca rubia. Lustrosa y rizada que se ajustaba bien a su cabeza. Debía presumirse que esta peluca estaba hecha con cabellos, pero más bien parecía formada con filamentos de seda o con vidrio hilado. Su gran corbata de hilo (no tan fina como sus medias) tenían la blancura de las crestas de los olas que se rompían sobre la playa próxima, o como las velas que en la lejanía del mar brillaban a la luz del sol. El rostro, de expresión habitualmente contenida y serena, estaba iluminado por unos ojos muy brillantes. Durante los años transcurridos debió costar trabajo someterlos a la disciplina de reserva y de indiferencia exigida por el Banco de Tellson”.

“Entre los concurrentes al palacio de Monseñor, en aquel año del señor de mil ochocientos ochenta, nadie podía abrazar la menor duda de que un sistema arraigado en un verdugo rizado, empolvado, galoneado de oro, calzado finamente y con medias de seda blanca, debía durar hasta ver extinguirse todas las estrellas”.

“…Así, Tellson (el Banco Tellson), en su época, como en otras instituciones contemporáneas de mayor importancia, había suprimido tantas vidas, que si todas las cabezas cercenadas se hubiera amontonado en Temple-Bar, en vez de ser discretamente conducidas a otro sitio, probablemente habrían interceptado la poca luz que recibía el primer piso del edificio.
Apretados entre toda clase de armarios y estanterías, los más ancianos empleados de Tellson efectuaban gravemente las transacciones. Cuando entraba algún joven en la casa de Londres, se le ocultaba en algunas partes hasta que envejeciera. Exactamente como a un queso, se le mantenía en un sitio obscuro hasta que hubiera adquirido el color y las vetas azules del establecimiento. Sólo entonces se lo podía ver, con su calzón corto y sus polainas, espectacularmente inclinado sobre un gran libro, aumentando con su peso la importancia del Banco Tellson”.

La aclaración en cursiva es mía. Temple Bar (hoy edificio histórico de Londres) estaba al lado del Banco en la novela de Dickens. En esa época era usado para mostrar las cabezas y otras partes de cuerpo de los traidores que habían sido ejecutados. Las últimas cabezas expuestas de este modo eran aquellos de participantes en la rebelión de 1745.
Fuente: http://www.cityoflondon.gov.uk/Corporation/LGNL_Services/Leisure_and_culture/Local_history_and_heritage/Buildings_within_the_City/temple_bar.htm


“El señor Stryver, con el aire de la más hiriente superioridad, llevó a estos tres jóvenes*, como hubiera llevado tres ovejas, a la tranquila casa de Soho y se los ofreció como discípulos al esposo de Lucía, diciéndole con su característica delicadeza:
-¡Aquí os traigo tres pedazos de pan para vuestra mesa de hombre casado!
Los tres pedazos de pan fueron cortésmente rehusados, hecho que inflamó la indignación de Stryver y que más tarde le sirvió para agregar una lección a la educación de sus hijastros: los exhortó a guardarse del orgullo de los muertos de hambre como ese maestro”.

* Los tres jóvenes son los tres hijos de la viuda con la cual este abogado se había casado

También deseo comentarles que en esta obra aparece la frase: "Llama al vino, vino" con la acción transcurrieno en 1965. Y, en la novela Tiempos difíciles, del mismo autor, aparece la frase: "Llama al pan, pan". ¿En qué momento se juntaron para hacer el común dicho?, o si ya existían en la época de Dickens, no lo sé. Pero es una curiosidad para reparar...

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